sábado, 16 de junio de 2012

UN PALACIO EN LLAMAS


El arte ardía junto a la cultura. Las historias crepitaban, ya fueran romances o tragedias. Se desvanecían los recuerdos y el amor a lo imposible, a lo inalcanzable, a algo tan transparente y a la vez tan visible.

La biblioteca en llamas; el hogar de todo soñador sin fuerza ni valor para sostener una espada, pero toda una mente y, sobre todo, todo un corazón para sostener un libro.

Me resguardé de aquella bocanada tras la estantería de poemas, en el segundo piso de aquel prodigioso edificio. Contemplé con temor y, a la vez, con melancolía, cómo se esfumaba todo el talento que había ocupado mi vida, toda inspiración , todo compañero de noches frías y solitarias. Adiós a Sakespeare y a su sueño soñado Una noche de verano; adiós a Stepheh King y a su Cúpula.

El fuego no cesaba de acuchillar cada una de las páginas de aquellas obras como si tan sólo fueran papel y tinta; como si sólo se tratasen de cuerpos sin vida, sin sentimientos, sin finalidad.

La historia de un mundo moría ante mis ojos y yo tan sólo disponía de mi amor a la literatura, a cada defensor de sus ideas, a cada intrépido caballero y a cada valerosa dama que luchaba por mantener vivo algo tan insustituible como es el arte.

Acaricié por última vez el libro que oprimía entre mis brazos; lo acaricié con pasión pero con delicadeza, entregando mi existencia a todas sus páginas. Era un libro de poemas, mi favorito, de escritora anónima, pero francesa. Algo siempre me dijo que su escritora era una parisina poco usual, dolida, de esas que, mientras caminan, el viento agita su melena dorada; de las que encuentran la inspiración tomando un té bajo la Torre Eiffel, solitaria, de esas que observan a las parejas de enamorados y no se dan por vencidas.

Una lágrima de impotencia resbaló por mi mejilla, llevándose a su paso mi rímel negro, ahogando mis pestañas en gritos y en llanto, en mil y una pesadillas.

Mi corazón se desvaneció con el humo; mi vida exhaló un suspiro de valentía, y mi amor a lo imposible, a lo inalcanzable, perduró para siempre sobre el suelo de aquel palacio de novelistas frustrados, olvidados por una inconsciente sociedad.

Beatrice González
3º ESO

miércoles, 13 de junio de 2012

SIEMPRE VAN A ESTAR CONMIGO


Muchas veces piensas que las personas que verdaderamente te quieren y que estarán siempre contigo van a ser tus amigos. Eso no es del todo cierto, porque hay muchos tipos de personas. De quienes realmente puedes confiar, quienes van a querer siempre lo mejor para ti, son tus padres, lo veas o no lo veas así.

Aquellos en los que ahora mismo no confiamos mucho porque tememos que nos regañen o cualquier cosa así. Todo lo hacen por nuestro bien. Quieren que en nuestra vida todo vaya perfecto. Ellos son los que notan si algo te incomoda o si estás preocupada por algo; los que intentan que seamos felices día a día; los que se preocupan por nuestro futuro, nuestros verdadero amigos, aunque pensemos que los amigos los elige uno mismo y a los padres no.

Ellos llevan razón. Hay amistades que no te convienen porque no te van a llevar a nada bueno. Es mejor hacerles caso. Siempre están dándote charlas o regañándote para que desarrolles algo. A veces pensamos que no nos entienden, que nosotros también queremos ser felices. Pero hay que entender que en la vida hay tiempo para todo. Que no hemos vivido ni una parte de ella y ya queremos empezar otra.

Los padres son las personas que nunca te van a decir que no cuando necesites algo, cuando haya algún problema con algo. Ahí estarán ellos intentado sacarte de ahí como sea, intentando sacarte una sonrisa y queriendo hacerte olvidar todo lo que te preocupa y por lo que sufres.

Ahora fíjate: gente sin familia. Ellos darían todo por tener a una madre o a un padre que los cuidara y que en algún momento les hubieran dicho 'no hagas esto o lo otro', para no verse en un mundo del que ya no pueden salir; que no sonríen por ellos mismos; a los que el fracaso les inunda; que, anden lo que anden, ya no tienen nada que resolver. Personas que pueden haber valido mucho y que han llegado a eso porque nadie se ha responsabilizado de ellas, y ellas no han sabido decir que no a nada. Viven como pueden y tan enganchadas a la droga que prefieren eso antes que un trozo de pan.

Anónimo
3º ESO

martes, 5 de junio de 2012


CONFUSIÓN


Comienzo de mi vida... Con 16 años y no sé qué hacer... Estoy confusa.

No sé qué será de mí en una vida próspera, en el futuro. Siento las ganas de poder irme, escaparme, ser libre de estos pensamientos que, la mayoría de las veces, me atormentan.

Me siento agobiada por estas situaciones en las que veo que no puedo hacer nada, y me cabrea.

Sé que valgo, pero hay algo que me lo impide y, por más que busco e intento encontrar qué es, no lo consigo.

No sé si es debido a mis amistades; si es debido a mí... ¡No lo sé! El caso es que no lo consigo averiguar.

Personas que me dicen: "Tú puedes". Personas que me dicen: "Tú vales". Personas que ya han perdido la confianza en mí y me dan por perdida.

Mi problema es que no sé todavía qué es lo que hago mal y qué es lo que hago bien. No sé qué voy a hacer ni lo que estoy haciendo; pero sé que tanta confusión no es buena, que necesito aclarar esos pequeños nubarrones que se están formando en mi cabeza y no me puedo deshacer de ellos por más que quiero... O puede que no lo haya pensado a fondo... O puede que sea yo la que falla en todo...

¿El motivo? Se desconoce...


María Belinchón Fernández
3º ESO