Hacía ya dos inviernos fríos y largos que se fue, dejando un triste dolor, una llaga en el corazón, un recuerdo en nuestra mente que nunca se podrá olvidar...
Pero dos inviernos ya han pasado y ahora empieza una nueva primavera, un nuevo verano lleno de alegría, ilusiones y esperanzas.
Alegría de saber que hay otra flor en camino; ilusión de imaginarnos pequeños pasos; esperanza de creer que todo saldrá esta vez perfecto.
Felicidad rebosa su cara a la que los rayos del sol ilumina cada mañana, cada hora, cada instante, cada momento.
Sólo nos queda la espera de ver llegar esa flor que aún sigue en capullo, que aún está por formar.
María Belinchón
3ºB
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