viernes, 7 de junio de 2013


SALVEMOS LA NAVIDAD

¡Y por fin había llegado el 24 de diciembre por la mañana! Era un día muy navideño en la ciudad de Boston. Holie corría hacia el parque, ya que había quedado con sus amigas Ibi y Emy y, cuando por fin llegó, las vio muy enfadadas.
-- Siento el retraso -dijo Holie sofocada.
-- Si siempre llegas tarde -murmuró Emy por lo bajo.
-- Bueno, ¿vamos a ver la ciudad? -preguntó Ibi. Las demás asintieron. Fueron al centro a ver tiendas, escaparates, luces y demás cosas.
De repente escucharon unos niños cantar:
--¡Busquemos a Santa Claus!, ¡busquemos a Santa Claus! -decían un grupo de chicos con jaulas y una niña con redes en la mano. Pudieron deducir que tendrían unos cinco años. De repente Holie los paró.
-- ¡Alto! -gritó.
-- ¿Hermana? -dijo aquella niña.
-- Moly, ¿qué estás haciendo? -preguntó Holie.
-- Por si no te has dado cuenta, buscamos a Santa Claus mis amigos y yo; este año lo conseguiremos -dijo Moly.
-- ¿Eh? ¡Increíble que aún creáis en esas tonterías; sois unos críos -dijo Holie.
-- Verás, cuando descubramos a Santa Claus le diré que no te traiga ningún regalo -dijo Moly, y salió corriendo con sus amigos cantando.
-- Holie, no deberías decirle eso a Moly - le dijo Emy.
-- Sí, no le quites la ilusión -dijo Ibi.
-- Pero ¿de qué parte están? - pregunto Holie desanimada.
                                                                          *  *   *
Estuvieron toda la tarde mirando escaparates y, cuando llegó la hora de cerrar todas las tiendas, Holie y sus amigas se dirigieron a sus casa. Por el camino se cruzaron con un hombre muy viejo  que llevaba mucha ropa y dio la casualidad de que se le cayó una libreta roja. La cogieron y Holie leyó:
-- ¿Regalos? 
Todas se quedaron extrañadas e Ibi le preguntó al anciano:
-- Disculpe, ¿esto es suyo?
- El hombre lo miró y contestó:
-- ¿Eh? Sí. Muchas gracias, niña -dijo el anciano.  Y cuando la cogió, perdió el equilibrio y comenzó a toser. Todas le ayudaron a levantarse
-- ¡Qué pena que se ponga enfermo en Navidad! -dijo Emy.
-- Me parece que este año no podré entregar los regalos a todos esos niños -dijo aquel hombre.
-- ¿¡Qué!? -gritaron.
-- Niñas, necesito vuestra ayuda. ¡Tienen que salvar la Navidad!-les dijo ese hombre.
-- ¿Salvar la Navidad?  -preguntó Ibi.
-- Pero ¿quién es usted? -preguntó Holie.
-- Chicas, soy Santa Claus y estoy muy enfermo -dijo tosiendo.
-- ¡¡¡¡¡SANTA CLAUS!!!!!! -gritaron las niñas.
-- Necesito que este año lleven los regalos a todos esos niños -dijo Santa Claus.
-- Pero... - se quejó Ibi.  Santa Claus le cortó y dijo:
-- Vayan a cenar con sus familias y no digan nada de esto. Cuando terminen, les espero aquí -les dijo Santa.
-- Claro - contestaron firmemente. 
Las chicas regresaron a sus casas para cenar. Holie llegó y cenó con su familia, pero Moly estaba triste y tenía cara de preocupada. Entoncés, Holie llamó a su hermana y subieron a su cuarto. Allí le contó todo lo ocurrido sobre Santa.
-- ¿¿¡¡Cómo!!?? ¿¿¡¡Conociste a Santa Claus!!?? -se extrañó Moly.
-- Así es. Y eso no es todo: esta noche le ayudaremos a repartir todos los regalos -dijo Holie. Su hermana se tiró hacia ella y comenzó a decirle:
-- Hermanita, déjame ir contigo,¡¡porfa!!, ¡¡porfa!! - gritaba Moly.
-- ¡Y tú crees que esa es la mejor forma de pedírmelo! -gritó su hermana enfadada.
-- Por favor, Holie. Yo quería ver este año a Santa Claus para decirle algo muy importante -le confesó Moly algo triste.
-- Está bien, pero te tendrás que quedar despierta toda la noche -le dijo Holie.
-- ¡Sí! -gritó de alegría Moly.
   *    *    *
   Pero a las 23:00 h de la noche Moly roncaba.
-- Moly...-dijo Holie. 
Y como no despertaba se fue a donde le dijo Santa Claus. Cuando llegó, se encontró con Ibi, Emy y Santa, pero éste ya no llevaba un abrigo sino un traje rojo.
-- Muy bien, mis aprendices; así ireis mejor. -Y sacando de su bolsillo una campana, la agitó y les puso unos trajes iguales al de Santa Claus.
-- ¡AHHH!,¡increíble! -gritó Emy.
-- ¡Es magia!! -gritó Ibi.
-- Bien, y ahora... -volvió a tocar la campana y apareció un trineo con renos. Todas estaban muy alucinadas.
-- Bien, ahora subid. Vamos a por los regalos -aclaró Santa.
-- ¿A por los regalos? -repitió Holie.
-- Sí, a la ciudad de los Santa Claus -dijo subiendo al trineo. Después se subieron las demás y el trineo comenzó a volar. 
Empezó a surcar el oscuro cielo y las nubes, hasta que llegó a una gigantesca nube donde se encontraba un enorme árbol en ella. Era la ciudad de los Santa Claus. Bajaron del trineo y pasaron dentro del árbol. Su interior era como el de una ciudad. Al entrar, se encontraron con millones de Santa Claus ayudantes.
--Bien, aquí están los juguetes, Holie -le dijo Santa-. Tú los empaquetarás -añadió.
-- Sí -contestó Holie seriamente.
-- Ibi, tú se los pasarás a Emy para que ella los meta en los sacos -le ordenó. 
Y todas se pusieron a trabajar. Cuando acabaron, estaban muy cansadas y Santa les dijo:
-- Por favor, ahora id a entregar cada regalo a un niño -les pidió Santa.
-- Está bien -contestaron, y se dividieron todas. Después de muchas horas repartiendo regalos, a Holie le quedaba sólo uno.
-- Ésta es la última casa -dijo-. Sí, es la mía. Este regalo es el de Moly.
Se extrañó entrando en la habitación de su hermana. Moly roncaba como un oso.
-- Santa... -murmuraba Moly entre sueños. Holie miró a su hermana fijamente y sintió pena por ella. En ese momento Santa, Emy e Ibi aparecieron por la ventana en el trineo.
-- Vámonos ya, Holie -le dijo Ibi.
-- Bueno..., Santa, ¿podría ver usted a mi hermana Moly? -le preguntó Holie.
-¿Eh?. Es que no me dejan tener contacto con los niños pequeños - dijo Santa preocupado.
-- Por favor, se lo ruego, Santa Claus. Moly tenía muchas ganas de verle. Si hace falta, sacrificaré mi regalo de Navidad -dijo Holie muy segura.
-- Nosotras también haremos lo mismo -dijo Emy.
-- Sí -contestó Ibi.
-- Queridas niñas..., veré qué puedo hacer - concluyó. Y sacando su campana y agitándola, desapareció.
Mientrás,  Moly soñaba que buscaba a Santa Claus cantando:
-- ¡Busquemos a Santa Claus! ¡Busquemos a Santa Claus! 
En ese momento apareció Santa enfrente de ella.
-- ¡Es Santa Claus! -gritó Moly.
-- Hola, pequeña. ¿Has sido buena este año? -le preguntó Santa. Moly corrió hacia él y lo abrazó.
-HOW, HOW, HOW- se rio.
-- Santa, tenía tantas ganas de verte... Necesitaba decirte algo muy importante -aclaró Moly contenta.
-- ¿Y qué es? -preguntó Santa.
-- ¡MUCHAS GRACIAS POR TODOS LOS REGALOS DE CADA AÑO! -gritó Moly contenta.
-- De nada, pequeña -le contestó. Ella lo volvió a abrazar.
                                                  *    *    *
Santa apareció de nuevo y les dijo:
-- Ya hice lo que me pidieron -les contestó Santa contento. Ellas sonrieron.
-- Tomad, son vuestros regalos -dijo Santa-. Es un agradecimiento.
-- Muchas gracias -dijeron. En ese momento comenzó a nevar.
-- ¡Mirad, está nevando! -dijo Emy.
-- Éstas serán las mejores Navidades -aclaró Ibi.
-- Sí, tendremos unas blancas Navidades -dijo Holie.

Laura de la Batisda Casero
3ºA

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